A lo largo de estos dos últimos días, algunos de los dibujantes, colaboradores y miembros más brillantes de la revista “El jueves” han dimitido y abandonado la redacción como protesta por la decisión de RBA, editora de la publicación, de censurar la portada del número de esta semana sobre la sucesión real y cambiarla por una en la que aparecía Pablo Iglesias, líder de Podemos.
Los lectores habituales de este
medio se sorprendieron al ver que la revista no estaba en los puntos de venta
el miércoles, como es habitual. Esta vez, tuvieron que esperar un día más para
poder adquirirla. Tras este hecho tan extraño, poco a poco fueron saliendo a la
luz los motivos del citado retraso:
Al conocerse este lunes la
Abdicación del Rey Juan Carlos I, todos los miembros de la redacción de El
jueves tuvieron claro que ese debía ser el tema central de esta semana. Aunque
andaban justos de tiempo, ya que las páginas se envían a imprenta los martes,
tras una dura jornada tenían lista una portada y varias páginas interiores sobre
la noticia. Todos estos contenidos se enviaron a imprenta y comenzó su
impresión, hasta que la editora RBA (propietaria del 60% de las acciones de la
revista desde diciembre de 2007) ordenó detener el proceso, recuperar la
portada prevista antes de la renuncia al trono y destruir los 60.000 ejemplares
ya impresos. Así, el proceso tuvo que volver a comenzar, de ahí el retraso de
un día en su llegada a los quioscos.
Portada censurada. |
Según cuentan quienes allí
estaban, los representantes de RBA dejaron bien claro que debía cambiarse la
portada y, además, prohibieron la aparición de cualquier miembro de la familia
real en portada durante algunas semanas. Abert Monteys, uno de los más
brillantes partícipes de la publicación y director de la misma entre 2006 y
2011, explicaba así lo sucedido a través de una viñeta en Twitter:
Imagen: Albert Monteys |
El enfado de muchos de quienes
han hecho posible esta revista a lo largo de los años no tardó en llegar, y sus
reacciones tampoco. Así, a través de las redes sociales íbamos enterándonos de
cómo ilustres como el propio Monteys, Manel Fontdevila, Manuel Bartual, Paco Alcázar, Bernardo
Vergara, Guillermo e Isaac Rosa, entre
otros, decidían abandonar la revista en un acto de dignidad y defensa de
la libertad de expresión que les honra y que no me cansaré de aplaudir.
Como expresaba hoy mismo Isaac Rosa en Twitter, cuesta
entender esta decisión, ya que “RBA sabía que la censura acabaría
sabiéndose, que la portada la vería todo el mundo y que el daño para El Jueves
sería enorme. ¿A quién beneficia?”. Sin duda, para RBA merece la pena
sacrificar esta histórica publicación y evitar así cualquier posible fricción
con la Casa Real.
Durante muchos años, semanalmente
durante mi etapa Universitaria y esporádicamente ahora, he comprado y
disfrutando esta revista. Cada miércoles tras salir del quiosco ojeaba su siempre
magnífica y controvertida portada y comenzaba a devorar sus contenidos. Su análisis
de la actualidad era un soplo de aire fresco y aportaba una visión que nunca hemos
visto en ningún otro medio. Por otra parte, las viñetas y páginas fijas de
personajes tan variopintos como Tato, Mamen, la parejita, Silvio José, Palmiro
Capón, para ti que eres joven, Ortega y Pacheco, 4º de la ESO, Clara de noche… etc.,
constituían el núcleo de la publicación y garantizaban grandes carcajadas.
Sus contenidos nunca dejaban
indiferente a nadie, y tampoco entendían de colores o ideologías. Si algo o
alguien era actualidad, estaría en El jueves. Así, por ejemplo, por su sección “El
gilipollas de la semana” han pasado políticos, deportistas, cantantes, periodistas,
monarcas, obispos… en, definitiva, cualquiera que se haya ganado ese
calificativo. Nunca faltaban candidatos. Ni siquiera la familia real se ha
librado del azote "juevero". Prueba de ello eran sus secciones “Pascual, mayordomo real” de
Idígoras y Pachi, “la Reina y yo” de Guillermo, y la más reciente “Borbón y
cuenta nueva”, dibujada por Ricardo Peregrina. Incluso publicaron un especial
recopilatorio de todas las portadas, historias y viñetas publicadas sobre la
familia real titulado “Tocando los Borbones”.
Con sus treinta y siete años de
historia, El jueves se ha convertido en la publicación satírica más longeva de
España, sobreviviendo a una sensible y complicada transición política, a
amenazas, a algún que otro sabotaje y a los intentos de partidos políticos y
Casa Real por cortarle las alas en más de una ocasión. De hecho, en 2007, la
revista ya fue objeto de algo que no creíamos que pudiese pasar en democracia:
un secuestro (con su correspondiente juicio y multa económica). Por suerte,
cuando la policía irrumpió en todos los puntos de venta para retirar aquél
número en el que aparecían en portada los Príncipes de Asturias manteniendo
relaciones sexuales, yo ya la había comprado.
Parece que la revista continuará
publicándose, pero es evidente que
a partir de este número El jueves perderá lectores, su nivel de crítica e ingenio menguarán y todos los que la lean lo
harán con el conocimiento de que sus autores no publican libremente, lo que
hace que este tipo de publicaciones pierdan por completo su esencia. Si El jueves no es de sus dibujantes, ya no es El jueves.
Estos últimos días la dignidad, el respeto y la libertad de expresión han sufrido un duro golpe. Para mí, El jueves es ya "la revista que murió un martes".